HORIZONTES BLANCOS
por
Juan Bufill
LA VANGUARDIA, 24 de noviembre de 2000
Se puede afirmar que Leo Wellmar (Estocolmo, 1965), es un descubrimiento del galerista Ramon Sicart. Dedicada entre 1985 y 1999 al diseño, esta pintora sueca y residente en el Penedès presenta su primera exposición individual simultánea y conjuntamente con la galería Carmen de la Calle de Jerez, bajo el título
"Leo´s Place".
El título ya sugiere que sus paisajes tienen un carácter subjetivo y la exposición se puede ver, de hecho, como un deslizamiento desde la representación de una realidad exterior hacia la representación de una realidad interior. El primer cuadro -
"Timeless"-, es aún hopperiano, con su silla orientada hacia el horizonte en una terraza sin figuras. En
"One step forward", un embarcadero de madera apunta hacia el horizonte y señala ya una doble fuga que va de lo inmediato a lo lejano y lo anterior. Dado que el paisaje es nórdico, la blancura del lago o del mar podría ser de la nieve caída sobre el hielo, pero esta representación realista se hace metarrealista en los siguientes cuadros. Ya no estamos ante singulares marinas de agua helada, sino ante pasajes interiores, simbólicos y ambiguos: mares o lagos de luz, extensiones de vació donde hay islas o piedras aisladas, orillas ante horizontes o bien fragmentos de bosques. Se produce una abstracción cromática y la blancura predomina en paisajes de colores fríos o apagados, que expresan situaciones personales, estados de ánimo, de soledad y apertura.
En "United Islands", como en algunos jardines zen, se aprecia la importancia del espacio entre las islas, de las nubes que parecen ser más densas que la extensión luminosa. Son especialmente interesantes algunos cuadros de árboles, segmentos de troncos con dibujos ondulantes y ramas rotas y punzantes. Son árboles desligados, incompletos, sin cielo ni tierra, sin origen ni destino, sin unión. En "Seven tres" estas formas de vida aparecen como franjas casi geométricas y parecen barras de una jaula, mientras que en
"Face to face" los dos troncos, con sus ramas cortadas y agresivas, tienen algo de humanos.
volver atrás